Detrás de la puerta

Aquel caluroso verano había sido muy especial para Cris ; y seguía aún presente en su memoria.


Había viajado sin rumbo preciso; recorriendo uno a uno los pueblos donde habían nacido sus abuelos.


Su compañera fiel, era una máquina de sacar fotos, colgada al hombro y lista para ametrallar la belleza inesperada que le ofrecía la naturaleza.


Iba caminando perdido en la observación de las casas, de las puertas cuando de una de ella vio salir una joven de unos veinte años vestida de verde ; su cabello negro reflejaba como un pecado los rayos del sol.


Sacudió la cabeza pensando en una aparición. Pero la joven seguía ahí ; iba caminando por la calle estrecha con una cesta en los brazos. La chica sintió su mirada porque se dio vuelta y respetuosamente lo saludó con un movimiento de cabeza .


Cris apresuró su paso sin alcanzarla ; a unos metros seguía el movimiento de sus caderas bajo ese vestido delgado ; no podía despegar los ojos de ella.


La chica llegó a la esquina de la calle se dio vuelta y divertida le sonrió. Y desapareció en el ángulo. Cuando el llegó a la altura donde la había visto ; la calle estaba vacía.


Parecía que el mundo se terminaba ahí ; frente a él aparecía una callejuela ; en el fondo de ésta una puerta con una cortina desgastada. Se acercó.


¿Estaría ella en el interior de la casa , sentía su presencia o era su imaginación? No podía afirmarlo. Dudó, ¿llamar ; entrar?. Decidió sentarse enfrente un momento. Sin quitar los ojos de la puerta se puso a soñar; imaginádose con ella.


Pasó horas, así sentado en el suelo ; esperando; pero la joven nunca salió ; se acercó una vez más y descubrió que ya no había una puerta, era una pintura en la pared roída por el tiempo.


La puerta había existido, él estaba seguro; pero dudó y no la atrevesó en el momento que debía y como por arte de magia se cerró.


Hoy sólo le queda ésta foto para recordar que un día vio un hada que se perdió detrás de una puerta sin que él pudiera alcanzarla.